Cuando estoy en el Centro, quiero aprovechar, estar con la gente. Y en Bar da Onça, ¡puedo hacerlo! Queda en el edificio Copan, un símbolo absoluto de São Paulo.
Siento que S.P, por haberse vuelto fea con el pasar del tiempo, con edificios ejecutivos horribles, se hizo al mismo tiempo rica en oportunidades creadas en lugares opuestos a eso, y ese bar es un ejemplo de ese movimiento de resistencia.
¡Es muy divertido! Me gusta ir sabiendo que es el mismo plan, que estaré por un buen tiempo, sentada allí en una mesa en el área exterior, en la vereda, en un lindo día, charlando con los que encuentre allí.
Y, claro, ¡comiendo cosas ricas! Es comida simple, paulistana típica. Lo que más me llama la atención es el movimiento del Centro, siempre muy interesante.
Hace un tiempo me encontraba más con conocidos míos, pero hoy veo a todo el tipo de gente, desde la persona que llegó por una indicación en revistas, hasta los más copados.