Los brasileros no tienen la costumbre de visitar jardines botánicos; una pena, porque uno de los mayores botánicos del mundo, Harri Lorenzi, hizo de su casa el Jardín Botánico Plantarum, en la ciudad de Nova Odessa, cerca de Campinas, no muy lejos de la zona metropolitana de São Paulo.
El lugar es fascinante y no tiene nada que envidiar al jardín botánico de Rio de Janeiro, por ejemplo. Es inmenso y merece pasar el día en él para conocer más de 3 mil especies de plantas, entre las que destacan las palmeras. En un solo día es imposible verlo todo.
También vale la pena por su gastronomía: el Bravissimo Ristorante es de primera línea; está comandado por el chef norteamericano Andrew Bushee y las plantas comestibles usadas en los platos son cultivadas en el propio Instituto Plantarum.
Llegué ahí la primera vez por una investigación, para saber sobre la utilización de plantas en la cocina. Fue a trabajar, pero terminé encantándome por el lugar e identificándome con Harri. Hoy somos amigos e intercambiamos semillas, estacas, raíces… Es un honor y un gustazo hacer parte de este movimiento de botánica.