Vas ahí, tomás una cerveza; te emplogas y, además de ver un concierto. Es un "rolê" inusitado y tiene la cara del punk rock: crudo, simple.
El Hotel Tees es una cosa al estilo “hazlo tú mismo”, ya que son las propias bandas las que traen sus equipos y hacen un show en el rincón de la tienda.
Independiente de la calidad, el show ocurre. No es un lugar sofisticado, pero la ropa está buenísima y en el bar hay mucha cerveza extranjera "gringa", además de que el show es gratis. No hay una línea musical específica, pero el rock es predominante: en ocasiones la banda es indie, otras veces hardcore.
Podés tener una óptima, otras veces no, si la música es muy ruidosa para un bar. Pero tratándose del factor sorpresa, ¡vale la pena arriesgarse!