La primera vez que fui a la Casa de Francisca, asistí al recital del cantor Felipe Cordeiro. El lugar es íntimo y pequeño, pero parece grande al mismo tiempo y la atmósfera oscurita me da ganas de bailar en mi silla.
El vino es bueno, el mesero es francés y el lugar me hace sentir dentro de un cine antiguo mezclado con teatro. Man, no encontrarás lugar semejante a ese en S.P. Es muy singular, surreal, en mi opinión.
Si pasás por la calle y no sabés la dirección, no te darás cuenta. Tiene un frente chiquito casi imperceptible, ¿sabés? Y, a su vez, ¡tiene tanta grandiosidad adentro!
Un amigo que acostumbra tocar allí me presentó la Casa de Francisca, y comencé a tratar de entender cómo era posible concebir un lugar como aquel. Porque una vez que vas ahí, te quedás más curioso. Yo he concluido que el show es la casa, ¡y el show que ocurre en la casa es un bonus!
Soy medio francés, entonces fue pidiendo tips y me trajeron quesos, mermeladas, varias exquisiteces de Francia, todo riquísimo: ¡Me encanta!
Casa de Francisca se mantiene fiel a su concepto, allí se presenta , con el merecido reconocimiento, la gente que ha estado creando buena música durante décadas.
Tenés que anticipar su reserva en el sitio de web, porque es chiquito y las entradas se agotan muy rápido.